domingo

REFLEJATE EN LA ETERNIDAD

UN ANÁLISIS CIENTÍFICO DEL LIBRO DE MORMÓN

por John L. SorensonLos Cambios en nuestra comprensión de la América antigua y de sus Escrituras.
Durante las últimas décadas, los estudios profesionales en el campo de la arqueología, geografía, cultura e idioma de los pueblos americanos han proporcionado una enorme cantidad de información que debe ser de gran interés para aquellos que leen y creen en el Libro de Mormón, información que los científicos que se dedicaron al estudio de este libro quizás nunca se hubieran imaginado que existiera. En la actualidad, la calidad y cantidad de estudios especializados relacionados con el Libro de Mormón son tan amplios y profundos que es imposible que una sola persona esté al tanto de todos los aspectos de estos conocimientos.
De hecho, durante los últimos cincuenta años, ha quedado anticuada la mayor parte de lo que previas generaciones pensaban acerca de las civilizaciones americanas precolombinas. Las ciencias que estudian las civilizaciones antiguas han sufrido grandes cambios. En las primeras décadas de este siglo aún se consideraba que la ciencia era la búsqueda y descubrimiento de verdades permanentes e infalibles. Sin embargo, en la actualidad tanto los científicos como los filósofos concuerdan en que la naturaleza misma de su tarea requiere que constantemente reinterpreten sus teorías y sus datos. El punto de vista de Karl Popper con respecto a la ciencia, de que es "eternamente tentativa", ha llegado a ser aceptado entre muchos científicos. De manera que aunque en la actualidad exista quizás mil veces más información acerca de las primeras culturas de América que la que estaba disponible hace medio siglo, ahora los mejores científicos son mucho menos insistentes en describir categóricamente lo que sucedió en el Nuevo Mundo preeuropeo.
También han ocurrido ciertos cambios en algunos conceptos que han tenido los Santos de los Últimos Días con respecto al Libro de Mormón. Nuestra fe en los principios salvadores que enseñaron los profetas desde Nefi hasta Moroni no ha cambiado, y si lo ha hecho de alguna forma, ha sido en aumento. Pero al considerar estas Escrituras como un documento antiguo, el estudiante minucioso ahora es consciente de que tenemos mucho más de lo que habíamos sospechado. Comenzando con M. Wells Jakeman, Hugh Nibley y Sidney B. Sperry, esta creciente comunidad de investigadores Santos de los Últimos Días comenzaron afines de la década de 1940 a descubrir algunos de estos detalles. Un ejemplo de este cambio de perspectiva, de contemplar nuevas posibilidades, lo representa el descubrimiento que hizo John W. Welch hace apenas quince años de una forma literaria del Cercano Oriente, llamada quiasmo, en el Libro de Mormón, la cual pasó inadvertida para sus lectores durante casi 140 años, desde su publicación en 1830. En años recientes, otros investigadores han encontrado en el Libro de Mormón ciertas tendencias e implicaciones insospechadas que en tiempos pasados no se habían detectado.

viernes

UNA VISIÓN DEL PROGRAMA DE LAS MAESTRAS VISITANTES por el presidente Spencer W. Kimball

por el presidente Spencer W. Kimball


El presidente Kimball pronunció este discurso el 16 de septiembre de 1958, cuando era miembro del Consejo de los Doce, Su mensaje, presentado en una convención de maestras visitantes en la Estaca Monument Park de Salí Lake City, sigue siendo actual e importante.


Mis queridas hermanas, creo que mi primer descubrimiento de la existencia e importancia de la Sociedad de Socorro tuvo lugar a muy temprana edad en mi vida.

MÍ familia se mudó de Salt Lake City a Atizona cuando yo tenía tres años. En aquel entonces mi madre tenía seis hijos y durante el tiempo en que pasó por cinco embarazos y sus respectivos alumbramientos, era presidenta de la Sociedad de Socorro del barrio.

Nos mudamos a una región nueva, donde el agua se extraía de pozos, donde había tantas moscas que por la noche era casi imposible ver a través de las telas metálicas de una puerta; donde también prevalecían la fiebre tifoidea y muchas otras enfermedades; donde la ayuda médica era sumamente limitada ya que no había hospitales, enfermeras o personas entrenadas, excepto el doctor del distrito, quien ya tenía más trabajo del que podía atender.

— No hace mucho leí en el diario de mi madre expresiones como la siguiente:

"Dejé a los niños con ... y fui a casa de la hermana Smith, donde una de las mellizas acababa de morir y había otros niños gravemente enfermos de fiebre tifoidea." "Hoy pasé el día con otras hermanas confeccionando mortajas para los niños fallecidos de la hermana Jones", y así continuaba.

Así conocí la Sociedad de Socorro, y estoy seguro de que hasta cierto grado continúa llevándose a cabo esa clase de trabajo, porque según lo interpreto, éste incluye no solamente el bienestar espiritual y moral de la gente del barrio, sino también el físico.

Cada vez que pienso en las maestras visitantes, considero que en muchas maneras vuestros deberes son semejantes a los maestros orientadores, quienes deben "velar siempre por los de la Iglesia" - no solamente veinte minutos al mes, sino siempre -"y fortalecerlos"- no sólo tocar la puerta, sino estar con ellos, alentarlos y fortificarlos, habilitarlos y fortalecerlos - "ver que no haya iniquidad ... ni dureza ... ni calumnias, ni mal decir" (D. y C. 20:53-54).

¡Qué gran oportunidad! Pero lamentable¬mente muchos prefieren hablar acerca de otras cosas como el tiempo, la política, de algo que acaba de tener lugar en el barrio, la división del mismo, la reorganización de un obispado, la reorganización de la presidencia de la Sociedad de Socorro, o cualquiera de las muchas cosas que pueden suceder en el barrio, dando lugar a la gente para dudar o criticar. Cuan privilegiadas son dos hermanas que van a un hogar, mantienen a un mínimo lo que podría ser perjudicial y además, edifican y apoyan a todas las autoridades de la Iglesia, a la Iglesia misma, sus doctrinas, sus programas y prácticas. Tal como yo lo entiendo en este programa no se puede utilizar la fuerza; es una obra de amor y aliento. Es sorprendente ver a cuántas personas podemos convertir e inspirar con amor. Debemos "amonestar, exponer, ex¬hortar y enseñar, e invitar...a venir a Cristo" (D. y C. 20:59). Esto puede ser tanto para los que no son miembros así como para aquellos que lo son.

A fin de lograr el éxito, una maestra visitante debe tener un elevado propósito y recordado en todo momento, debe poseer un gran discernimiento, un entusiasmo invencible, una actitud positiva y un gran amor. En Doctrinas y Convenios el Señor dijo;

"Y se os dará el Espíritu por la Oración de fe; y si no recibís el espíritu, no enseñaréis. (D. y C. 42:14.)

Considerando que vuestra obra está íntimamente unida a la del Sacerdocio, enseñaréis, como dice el Señor, "los principios de mi evangelio que se encuentran en la Biblia y en el Libro de Mormón, que contiene la plenitud de mi evangelio" (D. y C. 42:12), no sólo reglas de ética -, y tenéis siempre la libertad de acudir a ellos, interpretarlos, y mediante vuestra inspiración, brindarlos a esa hermana en particular. Debe haber para cada persona un mensaje diferente, un método diferente, una conclusión diferente, una manera diferente de obtener un testimonio.

La maestra, naturalmente, debe vivir de acuerdo con todo lo que enseña; es obvio, pese a que a veces lo olvidamos: que de todo lo que ella enseña da testimonio mediante su propia obediencia. El Señor dijo:

"Y os mando que os enseñéis el uno al otro la doctrina del reino." (D. y C. 88:77.)

No quedamos satisfechos simplemente con visitas, con la renovación de amistades. Na¬turalmente la amistad es importante, pero ¿cuánto más se podría afirmar una amistad si se le enseñara a alguien los principios eternos de vida y salvación?

Vuestro testimonio es un medio sumamente eficaz; nadie puede refutarlo ni destruirlo. Muchos expertos en las Escrituras dedican toda su vida al estudio de las mismas, y las pueden conocer, debatir y acudir a ellas mejor que muchos de nosotros; pero ninguno de ellos puede jamás refutar vuestro testimonio. No siempre tenéis que expresarlo en la manera formal; existen muchas otras formas.

Las maestras visitantes deben superarse y brindar dirección a las mujeres de los hogares que visitan. Deben superarse en energía, en discernimiento y perfección, y en testimonio, porque, por sobre todas las cosas, su testimonio es irrefutable.

La sección 38 de Doctrinas y Convenios, empezando con el versículo 23, atrae mi atención:

Pero, de cierto os digo, enseñaos los unos a los otros, de acuerdo con el oficio al cual yo os he llamado;

Y estime cada hombre", creo que también podemos decir cada mujer, "a su hermano", o hermana, "como a sí mismo, practicándola virtud y la santidad delante de mí.

¿Qué hombre de entre vosotros, si teniendo doce hijos que le sirven obedientemente, y no hace acepción de ellos, dijere a uno: Vístete de lujo y siéntate aquí; y al otro: Vístete de harapos y siéntate allí, podrá luego mirarlos y decir soy justo?

He aquí, esto os lo he dado por parábola, y es aun como yo soy. Yo os digo: Sed uno; y si no sois uno, no sois míos. (D. y C.38:23-24, 26-27.)

Hay muchas hermanas que están viviendo en harapos; harapos espirituales. Tienen derecho a túnicas maravillosas, túnicas espirituales, como dice en la parábola. Mucho es lo que hablamos del deber, pero vuestro es el privilegio de ir a esos hogares y cambiar esos harapos por túnicas.

Hablamos acerca del deber, pero hemos perdido el entusiasmo, el discernimiento y el objetivo cuando decimos: "Esta mañana tengo que hacer mis visitas". En vez de ello deberíamos decir: "Hoy es el día que he estado esperando. Me siento feliz al ir a los hogares de mis hermanas y ayudarlas a elevarse a nuevas alturas".

Vosotras tenéis una sagrada responsabilidad; habéis sido llamadas por Dios mediante las autoridades debidamente constituidas. En la sección 88 dice:

"Purificad vuestros corazones, y limpiad vuestras manos y vuestros pies delante de mí, para que yo os haga limpios;

Para que yo testifique... que sois limpios de la sangre", y los pecados, "de esta perversa generación." (D. y C. 88:74-75.)

No podéis dejar de visitar un hogar sin sentiros culpables; no debéis dejar de visitar a una hermana, aunque os dé la impresión de que no sois bien recibidas o que ella no se siente muy feliz con vuestra visita.

Es inexcusable que un maestro orientador o una maestra visitante acepten la responsabilidad de visitar unos cuantos hogares, y los dejes luego en sus harapos espirituales; cuando vayáis a las hermanas no deberá haber habladurías vanas o palabras ostentosas. Vais a salvar almas, y quién podría decir cuántas de las buenas personas que actualmente son activas en la Iglesia lo son a causa de que estuvisteis en sus hogares y les brindasteis una nueva perspectiva, una nueva comprensión; extendisteis sus horizontes, les disteis algo nuevo. Quizás nunca os lo hagan saber, pero de todos modos llevasteis a cabo la tarea.

Como sabéis, no estáis salvando única¬mente a estas hermanas, sino quizás también a su esposo y su hogar. Si una hermana es algo inactiva o un poco despreocupada, es muy factible que tenga un marido que lo sea un poco más, y quizás tenga hijos que únicamente hayan oído acerca del programa. Na¬turalmente que hay excepciones, pero muchas familias están recibiendo un poco de acá y de allá, sin tomarse el trabajo de integrarse al reino; de modo que tenéis una gran tarea que efectuar.

"El que siembra escasamente", dijo Pablo,' 'también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará." (2 Cor. 9:6.)

No llegamos a ningún lado con sólo hablar, tenemos que poner nuestro corazón en las palabras, debemos planear y preparar nuestra mente. Me pregunto si hay hermanas que ayunan la mañana en que salen a hacer sus visitas; quizás esto no sea un requisito, pero en la iglesia hay muchas cosas que no son requisitos, y sin embargo nos gustaría hacerlas. Aquel que sale a visitar los hogares, a tocar las puertas, a pasar el tiempo, y luego vuelve para hacer el informe, se asemeja un poco a aquel a quien se refiere Pablo, que se encuentra "como quien golpea el aire" (1Cor. 9:26), sin lograr nada. Debemos salir y cumplir con nuestra tarea de la manera adecuada. Me imagino que en casi cada distrito hay mujeres que no os permiten entrar a su hogar. Habrá otras que no desean que entréis, pero os lo permiten; hay otras que de¬searían que os fuerais lo más pronto posible.

Cuando tengáis una hermana que no os abra la puerta y sabéis que se encuentra en casa; otra que abre su puerta, pero no desea hacerlo; otra que os hace pasar pero desea que no hubierais ido; sería conveniente seguir el consejo del Señor, 'Pero este género no sale sino con oración y ayuno". (Mateo 17:21.)

Vosotras sabéis que el Señor tiene métodos, maneras y fuerzas intangibles que pueden afectar a la gente. ¿Recordáis a Alma, persiguiendo un día a la Iglesia y al día siguiente defendiéndola con todas sus fuerzas? (Mosíah 27.) ¿Recordáis a Pablo, un día persiguiendo a los santos, y unos días después predicando el evangelio con gran poder en la sinagoga? (Hechos 9.) ¿Qué provocó tan drástico cambio? ¿Fue cierta fuerza intangible que el Señor había manifestado en su sabiduría y que conmovió su corazón? También hizo algo más que naturalmente sabemos lo que fue.

Ahora decís, "Pero nunca podremos influir sobre esa mujer". Naturalmente que podéis, claro que se la puede convertir. El presidente Jotm Taylor dijo que no había nadie que no pudiese ser convertido, si la persona adecuada hacia el intento apropiado en el momento preciso, en la manera adecuada, con el Espíritu necesario" El rio Tñtércalolodas esas palabras, sino que yo las he añadido; pero no penséis que se trata de algo imposible.

Acudid al primer libro del Libro de Mormon y leedlo de nuevo. Recordáis cuando Nefí dijo:

"Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que El nunca da ningún mandamiento a los hijos de los hombres sin prepárales la vía para que puedan cumplir lo que les ha mandado." (1 Nefi 3:7.)

¡Claro que puede lograrse.! Pebemos eliminar completamente de nuestro vocabulario. las palabras: "no puedo".

Si el llamamiento ha sido del Señor, ¿lo aceptáis, o pensáis que es vuestra presidenta de la Sociedad de Socorro del barrio quien os hizo el llamamiento? Ahora, si únicamente ella os hubiese llamado, quizás no se podría lograr el propósito, pero si Dios os llamó mediante la autoridad adecuada, que es la forma en que debéis ser llamadas, es obvio que no podéis fracasar si hacéis todo lo que esté de vuestra parte. Es fácil desalentarse; es fácil ceder, pero no debéis fracasar. Recordad a Nefi, quien se topó con una situación impracticable y no podía obtener las planchas. Sus hermanos tampoco las podían obtener; no podían comprarlas, no podían sacarlas de las manos de Labán. No les era posible entrar por ellas y su vida estaba en peligro. A pesar de todo, he aquí, aparece un joven desarmado, quien entra a una ciudad a través de un muro infranqueable, atravesando puertas que no podían abrirse, un jardín impenetrable, una bóveda que estaba cerrada, entre soldados que no podían ser burlados; y sale con sus brazos Henos de registros para evitar que su posteridad y la de otros perecieran en la incredulidad. (1 Nefi 3-4.)

Hizo lo imposible pero nada es imposible para el Señor. En cualquier tiempo lo tenemos de nuestro lado, cuando nos llama, cuando nos da un mandamiento. Entonces, si nuestra energía, esfuerzos, planes y oraciones son lo suficientemente grandes como para llevar a cabo el trabajo, naturalmente logramos nues¬tra meta.

Siempre debemos tener una profunda sinceridad, una gran humildad y una confianza absoluta en el Señor.

Recordad que el amor es la mayor de las leyes. Cuando se le preguntó al Señor cuáles eran las dos leyes mayores, El contestó:

"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón , y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.

Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.'(Mat. 22:37-39.)

Nos dijo quién era nuestro prójimo: eran aquellos que estaban lejos, los que andaban por los caminos, los heridos, los endeudados. Todos son nuestro prójimo, y las hermanas a las que visitáis en sus hogares también son vuestro prójimo. Si hacéis vuestras visitas para cumplir con vuestras asignaciones, es una cosa; pero si lo hacéis para llevar a vues¬tro prójimo a un pleno conocimiento del evangelio, entonces es otra cosa y, como dije antes, todo se puede lograr.

El autor Lloyd C. Douglas (1877-1951), escribió:

'La naturaleza siempre se rebela contra lo que impide su obra, ciega pero ordenada. Por muchos años, un árbol podrá sostener una lenta y silenciosa guerra contra una pared que lo estorba, sin lograr ningún progreso visible.

Un día, la pared se derrumbará; no porque el árbol haya obtenido repentinamente alguna energía sobrenatural, sino porque el paciente trabajo de autodefensa y autoliberación ha logrado su cometido. El árbol cautivo por mucho tiempo se ha liberado, la naturaleza ha logrado su propósito." (The Robe, Boston,1947.)

Vosotras también podéis hacer esoSal igual que la pequeña enredadera, la pequeña raíz que puede derrumbar una pared o partir una roca, podéis ser '..una importante influencia sobre la gente, a fin de librarla de su cautiverio, llevándola a una actividad total. ¡Claro que se puede lograr!

Dios os bendiga, hermanas, en vuestra gloriosa tarea, en vuestras dulces personalidades, en la influencia que podéis transmitir a los demás.

No quisiera encontrarme entre las numerosas personas que han oído el mensaje de Cristo y lo han ignorado, que han estado absolutamente expuestos a la verdad y la han dejado pasar.

Presidente Spencer W. Kimball

...Vuestros deberes son semejantes a los de los maestros orientadores, quienes deben ''velar siempre por los de la Iglesia", no solamente veinte minutos al mes, sino siempre...

martes

CALENDARIO MORMON

18 ENERO DE 1970, David Omar McKay Fallece en Salt Lake City, Utah, a la edad de 96 años. Al concluir su período de administración, el número de miembros de la Iglesia había alcanzado aproximadamente los tres millones.


David Oman McKay nació el 8 de septiembre de 1873 en una granja en Huntsville, territorio de Utah. Fue el tercer hijo de David MacKay y Jennette Evans Eveline MacKay. Su madre Jennette, era una inmigrante galésa de Merthyr Tydfil en el sur de Gales. Su padre era un inmigrante escocés y que sirvió dos años en una misión de la iglesia en Escocia en 1880.

David O. McKay sirvió en una misión en Escocia en los años 1897 a 1899. Seis años después de su regreso, fue ordenado apóstol a los 32 años. En las edades de 47 a 48 años, él hizo un recorrido por las misiones de la Iglesia en todo el mundo; durante esta gira, dedicó China para la predicación del evangelio. De la edad de 49 a los 51 años, Elder McKay actuó como presidente de la Misión Europea. Desde 1934 hasta 1951, él sirvió en la Primera Presidencia de la Iglesia, sirviendo primero como consejero a Heber J. Grant y luego a George Albert Smith.

En 1950 se convirtió en Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia, y en 1951 fue sostenido como Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los santos del último día, donde él sirvió hasta su muerte. 18 de Enero de 1970 fallece en la ciudad de Lago Salado, Utah.Aunque el Presidente McKay enseñó poderosamente sobre muchas cosas, no hubo enseñanza más importante que ésta: “El hogar es el primer y más eficaz lugar para que los niños aprendan las lecciones de la vida: la verdad, el honor, la virtud, el autocontrol, el valor de la educación, el trabajo honesto, y el propósito y el privilegio de la vida. Nada puede ocupar el lugar del hogar en la crianza y la educación de los niños, y ningún otro éxito puede compensar el fracaso en el hogar. Presidente McKay dedicó el templo de Los Ángeles, California.

CELENDARIO MORMON

18 de ENERO de 1827, JOSE Y EMMA CONTRAEN MATRIMONIO.

En 1825 José Smith fue a Harmony, Pensilvania, con el fin de trabajar para Josiah Stowell; se alojaba en casa de la familia de Isaac y Elizabeth Hale, donde conoció a la hija de éstos, Emma, una joven alta, de cabello oscuro, que era maestra de escuela. José y Emma se casaron el 18 de enero de 1827, en South Bainbridge, Nueva York. Aun cuando su matrimonio soportó pruebas Emma Smith como la muerte de algunos hijos, las dificultades económicas y las frecuentes ausencias del hogar por motivo del cumplimiento de sus deberes, José y Emma siempre se amaron profundamente

lunes

CALENDARIO MORMON

17 ENERO de 1986, SE DEDICA EL TEMPLO DE BUENOS AIRES, ARGENTINA


El templo de Buenos Aires, Argentina es el templo número 39 de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Los misioneros, Melvin J. Ballard, Rey L. Pratt y Rulon S. Wells, llegaron a Buenos Aires, Argentina en 1925 después de haber viajado por 34 días por tierra y mar. Cuando llegaron, solo había cuatro miembros de la Iglesia presentes. El día de la navidad, el Élder Ballard dedicó Sudamérica para la obra misional.

Cada día, los misioneros preparaban entre doscientos y quinientos folletos para repartir en la calle. Por ocho meses los misioneros caminaron las calles de Buenos Aires repartiendo folletos, esperando ansiosamente enseñar a las personas acerca de la fe. Desde ese tiempo la membrecía de la Iglesia en Argentina ha crecido rápidamente, y prueba de eso fue la construcción del templo de Buenos Aires.

El Presidente Thomas S. Monson, en ese entonces un apóstol, presidió la dedicación del templo el 17 de enero de 1986. En la oración dedicatoria pidió: “Que todos los que entren a esta, tu casa, tengan el privilegio de decir, como el salmista en la antigüedad: ‘tomamos buen consejo juntos, y caminamos a la casa de Dios en compañía’…oramos para que recibas nuestra ofrenda y santifiques esta casa que hemos construido.”

domingo

SOLAMENTE UN ÉLDER por Bruce R. McConkie

SOLAMENTE UN ÉLDER 

por Bruce R. McConkie

Discurso pronunciado en el Seminario de Representantes Regionales en octubre de 1974


Hermanos, ¿qué pensáis del oficio de élder? A veces, cuando alguien pregunta: "¿Qué oficio tiene usted en el sacerdocio?" se puede oír la respuesta: "Soy solamente élder."


¡Solamente un élder! Solamente un título del que se enorgullece cada uno de los miembros del Consejo de los Doce, y que honra al Presidente de la Iglesia, quien es designado por revelación como el Primer Élder (Doc. y Con. 20:2, 5.); sólo el oficio al cual son ordenados millones de hombres en las ordenanzas vicarias de los sagrados templos.



¡Solamente un élder! Tan sólo el oficio que permite al hombre entrar en el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio y tener a su esposa e hijos unidos a él eternamente; el oficio que lo prepara para ser el patriarca de su posteridad y mantener eterno dominio en la Casa de Israel; que se requiere para recibir la plenitud de las bendiciones en la Casa del Señor; sólo el oficio que abre las puertas a la exaltación eterna en el más alto grado del mundo celestial, donde el hombre llega a ser como Dios es.



¡Solamente un élder! Sólo una persona que ha sido ordenada para predicar el evangelio, edificar el reino y perfeccionar a los-Santos; un ministro cuya sola palabra es escritura; un poseedor del oficio que tiene el privilegio de recibir los misterios del reino de los cielos, de tener los cielos abiertos, de estar en comunión con la asamblea general y la Iglesia del Primogénito, y de disfrutar de la comunión y la presencia de Dios- el Padre y Jesucristo, el mediador del nuevo convenio. (Doc. y Con. 107:19.)



¡Solamente un élder! Cada élder de la Iglesia posee el mismo Sacerdocio que su Presidente. Ningún apóstol puede elevarse ni se elevará más en la eternidad, de lo que lo pueda hacer un fiel élder que viva la plenitud de la ley del evangelio.


¿Qué es un élder? Un élder es un ministro del Señor Jesucristo. Es un poseedor del sagrado Sacerdocio de Melquisedec. Está comisionado para actuar en nombre del Maestro—que es el principal de los élderes—en el ministerio entre sus semejantes. El es el agente del Señor, y tiene el llamamiento de predicar el evangelio y perfeccionar a los santos.



¿Qué es un élder? Es un pastor, un pastor especial que se encuentra cuidando la majada del Buen Pastor. Así está escrito: "Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor." (Ezequiel 34:31.) También escribió Pedro, quien fue el primer élder de su época: "Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos . . . [tengamos en cuenta que élder es la traducción de "anciano" al inglés]. Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria" (1 Pedro 5:1-4). Sabed esto: Los élderes que sean ministros residentes en el reino de Dios, son designados para apacentar la grey de Dios, para encargarse de su vigilancia, para su ejemplo.



¿Qué es un élder? "Y ahora venid, dice el Señor, por el Espíritu, a los élderes de su Iglesia, y razonaremos para que entendáis. . . Por tanto, yo, el Señor, os hago esta pregunta:



Para qué fuisteis ordenados? Para predicar mi evangelio por el Espíritu, aun el Consolador que fue enviado para enseñar la verdad" (D. y C. 50:10, 13-14). Un élder es un representante de Dios, enviado a enseñar el evangelio para la salvación del hombre.



¿Quién puede medir el infinito valor de una de las almas por las cuales Cristo dio su vida?. Y aun así, ¿no es acaso el valor del alma de un élder aún mayor siendo que él es su ministro, y está encargado de llevar al Padre muchas almas que le son preciosas?



¿Apacientan todos los élderes la majada de Dios, se encargan de su vigilancia y se yerguen como buenos ejemplos para los demás de la grey? Escuchad la profética respuesta:



"Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles a los pastores: Así ha dicho el Señor Jehová: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores los rebaños?


No corroborasteis las flacas, ni curasteis la enferma: no ligasteis la perniquebrada, ni tornasteis la amontada, ni buscasteis la perdida; sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia;



Así ha dicho el Señor Jehová; He aquí, yo estoy contra los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y haréles dejar de apacentar las ovejas: ni los pastores se apacentarán más a sí mismos. . ." (Ezequiel 34:2, 4, 10,)



La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el reino de Dios sobre la tierra. No se trata de una democracia, ni una república, ni una oligarquía; no es una dictadura ni ninguna otra clase de gobierno, sino un reino. Funciona desde la parte superior hacía abajo. El Señor habla y sus siervos obedecen. Los élderes actúan y se enseña al pueblo.



Nuestra gran necesidad y la responsabilidad que tenemos es: perfeccionar a los élderes para que ellos puedan apacentar las ovejas, no sea que éstas perezcan por su necesidad de la palabra de Dios. El principal problema de la actualidad en la Iglesia, es lograr que los élderes sean la fuerza activa que tome sobre sí la responsabilidad de "apacentar el rebaño de Dios."



¿Cuáles son los medios de que disponemos para salvar a los élderes de la Iglesia? En realidad no existe una fórmula secreta. No podemos mover una varita mágica y recobrar así a las personas inactivas sin hacer el esfuerzo y luchar para lograrlo. Pero contamos con todo el programa de la Iglesia, y en él cada individuo que desee recibir las bendiciones del evangelio puede encontrar lo que le sea de mayor beneficio. Al enfrentarnos con este problema (así como con cualquier otro), debemos hacerlo con el claro entendimiento de que la única solución completamente aprobada, es la que opera dentro de la estructura de la correlación del sacerdocio.



¿Qué es la correlación del sacerdocio? Consiste en el sistema administrativo de la Iglesia en el que tomamos todos sus. programas, los envolvemos en un solo paquete, los hacemos funcionar como una unidad e involucramos a todos los miembros de la iglesia en esa operación. Dicho sistema requiere que operemos dentro de la estructura existente de la Iglesia. Lejano quedó el día en que, cuando descubríamos la existencia de un problema, formábamos un comité o alguna otra organización para resolverlo. En lugar de ellos ahora utilizamos la organización revelada del sacerdocio, o sea los maestros orientadores, en la forma establecida en la Sección 20 correlacionando todas las operaciones del sacerdocio y las organizaciones auxiliares, a través del Comité Ejecutivo del Sacerdocio y el Consejo de Correlación de barrio. El presidente Harold B. Lee definió la correlación del sacerdocio como, "poner al sacerdocio donde el Señor lo puso, ayudándole a la familia a funcionar del modo en que debe funcionar" ("Correlación y Genealogía del Sacerdocio", en Discursos Devocionales de Genealogía, 1.968; Provo, Utah: Brigham Young University Press, 1969, Pág. 55.)



Hay tres principios básicos en la correlación del sacerdocio que nos guían en la operación de todos los programas de la Iglesia, y parten de esta declaración básica: La familia es la organización más importante, tanto en esta vida como en la eternidad. La Iglesia con todas sus organizaciones como agencias de servicio, se encuentran en situación de ayudar a la familia. Los maestros orientadores representan al Señor, al obispo y al director del sacerdocio, poniendo a disposición del padre, la familia y el individuo la ayuda de ¡a Iglesia y de todas sus organizaciones. Los tres principios básicos de la correlación del sacerdocio son entonces:



1. - Todo está centrado en la familia y el individuo. Ellos lo hacen todo en la Iglesia. Son responsables de la obra misional, de llevar a cabo su obra genealógica, de proveerse todo lo necesario para su propio bienestar. No llamamos misioneros ni nombramos comités para invalidar la responsabilidad primordial de la familia y el individuo; no es el director del grupo de los sumos sacerdotes el responsable por la genealogía del barrio; no son los misioneros regulares o de estaca los responsables por la obra misional, tanto de barrio como de estaca. En ambos casos son la familia y el individuo los que deben responsabilizarse, ayudados por los especialistas de la Iglesia,



2. - La Iglesia y todas sus organizaciones, se. encuentran en situación de ayudar tanto a la familia como al individuo. Misioneros, comités y distintos tipos de especialistas, son llamados para ayudar a las familias. Son los padres y no las organizaciones de la Iglesia, los responsables de criar y educar a sus propios hijos en la luz y la verdad de los principios del evangelio. Pero estas organizaciones han sido preparadas para ayudar a los padres a llevar a cabo la obra que el Señor les ha encomendado. Para ser precisos, nosotros no ayudamos a los misioneros sino que éstos nos ayudan a nosotros. Nuestra responsabilidad primordial es llevar la voz de advertencia a nuestro prójimo, y los misioneros, tanto los regulares como los de estaca, son los especialistas llamados para ayudar en el proceso de la enseñanza.



3. - Los maestros orientadores representan al Señor, al obispo y al director del sacerdocio, poniendo a disposición de la familia y del individuo la ayuda de la Iglesia y de todas sus organizaciones. Sin lugar a dudas, el mayor de los defectos del sistema de la orientación familiar de la Iglesia, es que casi no se utiliza. En lugar de permitirles a los maestros orientadores que lleven a cabo sus responsabilidades, a menudo interponemos un "comité lateral", para después preguntarnos el porqué de la falta de interés de aquéllos en su fundamental labor.



Si tenemos la necesidad de recobrar élderes no deberíamos interponer ninguna organización especial, sino utilizar a los maestros orientadores y las organizaciones existentes de la Iglesia.



La Iglesia tiene necesidad de cada élder. Ninguno de ellos puede ni debe ser desperdiciado. La Iglesia debe perfeccionarse y enseñarse el evangelio a toda criatura. No existe ninguna forma de hacerlo sin contar con más misioneros. Necesitamos ayuda, y debemos comenzar con los inactivos y los futuros élderes.



¿Quién es el responsable de activar a un élder descarriado? Pongamos en orden nuestras prioridades. La principal y mayor de las responsabilidades descansa en el mismo élder. El fue quien llevó a cabo con su bautismo el convenio de servir al Señor; él prometió magnificar su llamamiento cuando recibió el Sacerdocio de Melquisedec. Es su salvación lo que está en juego. El es, en primer lugar, quien tiene la obligación de volver al Señor y buscar sus bendiciones.



La segunda responsabilidad descansa en su propia familia. La salvación es un asunto netamente familiar Las mayores bendiciones que se reciben por asistir a las reuniones de la Iglesia, las disfruta la familia además del mismo individuo. La meta principal de todos esos esfuerzos es la preservación de la familia eterna. Después de la responsabilidad individual y familiar, viene la de la Iglesia. La Iglesia hace posible la salvación. Es la organización del Señor, mediante la cual se invita a todos los hombres a hacer lo que deben para ganar el derecho de existir en la Eterna Presencia de Dios. En casi todos los casos, el regreso del inactivo comienza con el acercamiento por parte de alguien que tiene una posición eclesiástica, un élder por ejemplo, que cumpla con las funciones de maestro orientador para con él. No es nuestro propósito especificar los detalles de la participación de la Iglesia en el proceso de la reactivación. Muchos son los conceptos que pueden ser empleados, y el trabajo debe basarse siempre en el espíritu de inspiración, y llevarse a cabo dentro de la estructura de la correlación del sacerdocio, utilizando las organizaciones existentes con sus programas.



En el caso de las estacas, su presidente es el responsable por la reactivación de los élderes. El es el élder presidente en la estaca y desempeña la posición de director del Comité del Sacerdocio de Melquisedec en la misma. Uno de sus consejeros es el vice director, y sobre,él puede delegar la mayor responsabilidad de llevar adelante el trabajo. El presidente de estaca cuenta con la ayuda del Comité del Sacerdocio de Melquisedec, además de todos los recursos de la estaca; puede también utilizar a uno de los miembros del Sumo Consejo como ayudante para trabajar con dos o tres quórumes de élderes. Pero, en forma especial y de tremenda importancia, el presidente de estaca utiliza a los obispos y los presidentes de los quórumes de élderes en el proceso de reactivación de estos últimos.



Los miembros del Sumo Consejo de la Estaca son hombres emocionalmente estables, con sentido común y espiritualmente maduros; se trata de algunos de los líderes más capaces y competentes de la estaca. Ellos son los ojos, los oídos y la voz del presidente de estaca. Supongamos que cada miembro del Sumo Consejo de la estaca que integre el Comité del Sacerdocio de Melquisedec, tiene como principal asignación, el privilegio de brindar la guía y ayuda necesarias a dos o tres quórumes de élderes. Esta persona debe tener cuidado de no apoderarse de la dirección o funcionamiento del quorum, sino que, basándose y extra¬yendo el material necesario de su gran experiencia en la Iglesia, debe brindar sabios y bien fundamentados consejos.



Nada puede ser entonces más importante para el presidente de estaca que:



1) involucrarse en el entrenamiento de los quórumes de élderes;



2) reunirse en forma regular con los presidentes de los quórumes, para instruirlos y darles asignaciones;



3) llevar a cabo regularmente, él o uno de sus consejeros, entrevistas personales del sacerdocio con los presidentes de los quórumes de élderes.



Los quórumes de élderes están organizados en cada barrio. Todos los élderes del barrio, no obstante su número, son miembros del quorum. Todos los futuros élderes se reúnen con el quorum y reciben el mismo entrenamiento y guía que los élderes, lo cual los prepara para recibir el Sacerdocio de Melquisedec. Los presidentes de los quórumes de élderes son responsables de vigilar, fortalecer y alentar a todos los élderes y futuros élderes.



El obispo tiene una importancia vital en el papel que desempeña en la reactivación de los élderes. El preside el barrio y es el juez común en Israel. Recibe los diezmos y las ofrendas de los miembros; determina la dignidad de éstos al extender recomendaciones para el templo; hace recomendaciones para que los hermanos sean avanzados en el sacerdocio; y los llama a ocupar posiciones de responsabilidad en el barrio; como sumo sacerdote presidente, preside también el Comité Ejecutivo del Sacerdocio del barrio y el Consejo de Correlación del mismo, aconsejando a sus miembros, entre éstos, al presidente del quorum de élderes. El obispo recibe asimismo, las evaluaciones del sacerdocio de parte del presidente del quorum de élderes.



Pero al tratar en forma detallada la diaria operación del programa de reactivación, debemos dirigirnos al presidente del quorum de élderes. El es quien preside sobre los miembros de su quorum. El debe "sentarse en concilio con ellos e instruirlos de acuerdo con los convenios." (D. y C. 107:89.) Tiene también la responsabilidad del bienestar temporal y espiritual de los élderes, y el importante llamamiento de guiarlos hacia la vida eterna en el reino del Padre. Y esa responsabilidad se extiende a todos los futuros élderes del barrio. Aparte del obispo, no hay otro en el barrio con una responsabilidad comparable a la suya.



Algunos presidentes de quorum consideran tan pesada la carga de reactivar a los élderes, que hasta creen inútil el esfuerzo. Uno de los motivos de este punto de vista es la creencia por parte del presidente del quorum, de que para salvar a sus hermanos debe desarrollar alguna clase de programa especial o inventar algún sistema nuevo. Los procesos de reactivación en realidad existen y se encuentran a disposición de cualquiera que los quiera utilizar. Son fáciles y tienen la gran virtud de dividir la carga de la responsabilidad entre muchos hombros, convirtíéndola así en liviana y tolerable.



El proceso de reactivación consiste en:



1) utilizar a los maestros orientadores,



2) utilizar a la Iglesia con todos sus programas, y



3) dirigir al quorum mismo de la manera apropiada.



El mejor trabajo de reactivación es siempre el que se lleva a cabo "de persona a persona", en la base de "familia a familia". El contacto personal es lo que tiene más valor; es el hermanamiento. Todo esto lo hacen los maestros orientadores. ¡Utilizadíos en esta tarea de la reactivación!



La orientación familiar no tiene sustituto. No necesitamos designar comités especiales de hermanamiento para que lleven a cabo la tarea de reactivar a los élderes y a los futuros élderes: no necesitamos emitir un llamamiento ni una asignación especial para la obra de integración. En lugar de esto, utilizamos a los orientadores familiares para que cumplan con su deber, que se ha recibido por revelación. Este programa, uno de los mejores con que contamos en la Iglesia, consiste en visitar los hogares de los miembros, vigilar y fortalecer a los santos, asegurarse de que no haya iniquidades entre ellos, tanto en forma colectiva como individual, y de que cada cual cumpla con sus responsabilidades.



Imaginemos un caso extremo, que se presente sumamente oscuro y sea desalentador para quienes traten de hacer algo por ayudar. Pero aun así, debe hacerse algo. Por algún lado hay que comenzar y la carga puede aligerarse mediante la orientación familiar. Si cada maestro orientador cumpliera con su responsabilidad de acuerdo a las bases establecidas, ¿cuántos meses pasarían antes de que hubiera por lo menos el doble de élderes activos que podrían a su vez, ser utilizados de la misma manera? Tal vez no sea fácil, pero no es imposible y puede hacerse.



Los maestros orientadores tienen un prestigio bien ganado. Sus llamamientos son oficiales. Son enviados por su presidente de quorum, por el obispo y por el Señor. Deberían visitar frecuentemente los hogares asignados. Allí deben estar para llevar a cabo lo especificado en la Sección 20 de Doctrinas y Convenios. Deben hermanar e integrar a las familias inactivas, para lo cual podrían utilizar actividades recreativas. El enfoque de la noche de hogar es también un buen recurso; la familia inactiva puede invitarse a una noche de hogar, donde puedan mezclarse el hermanamiento familiar y las enseñanzas del evangelio.



Cada miembro de quorum, ya sea activo o inactivo, debería ser invitado a participar en un comité especial o proyecto de quorum, tan pronto como sea posible darle a cada uno de ellos ese tipo de participación activa. El servicio es esencial para la salvación.



La primera presidencia aprueba los proyectos para alentar a las familias a asistir al templo. Se pueden llevar a cabo también seminarios especiales para misioneros y otras asignaciones. Además, las fiestas pueden ser de ayuda para lograr los fines del hermanamiento o integración de las familias y personas inactivas. Cada miembro del quorum, debería recibir una asignación eclesiástica; deben aprender a administrar las bendiciones necesarias a los enfermos, etc.; las actividades del quorum con características propias de hermanamiento, son ilimitadas.



Como todos sabéis, el programa de reactivación se resume de la siguiente manera:



1) identificar a cada individuo;



2) llamar a los maestros orientadores;



3) desarrollar relaciones personales;



4) hermanar a las familias;



5) tener fiestas del quorum;



6) asignar responsabilidades personales;



7) enseñar el vangelio;



8) revisar los progresos alcanzados;



9) llevar a cabo entrevistas personales.



Una de las cosas más importantes que puede hacer el mismo quorum, es enseñar a todos sus miembros las doctrinas de salvación. Pablo dijo que la fe comienza escuchando, significando que la fe se genera en el corazón humano, sólo cuando se escuchan las verdades del evangelio enseñadas por los administradores legales y por el poder del Espíritu Santo.



Un quorum de élderes debe ser una escuela de profetas, un lugar en el cual tanto los élderes como los futuros élderes, deben aprender cómo pueden ellos junto con sus familias, lograr la paz en esta vida y la vida eterna en el mundo venidero.

Hemos adoptado los libros canónicos, sin modificaciones, cambios o tergiversaciones, como manuales de estudio del sacerdocio. Cada élder y futuro élder debe leer, meditar y orar acerca de todo lo que está escrito en las escrituras sagradas. Debemos aprender directamente de la misma fuente del conocimiento.


Aún así, publicamos una guía de estudio que contiene las ayudas de enseñanzas necesarias, así como los bosquejos de los pasajes que se deben leer de acuerdo a los temas que se estudian. Bajo nuestro nuevo sistema, hacemos dos cosas:



1) leer directamente los pasajes de las escrituras, del comienzo hasta el fin;



2) estudiar por temas (tanto las doctrinas como las obligaciones), con referencias tomadas de todas las escrituras sagradas. Bajo este nuevo sistema de estudio de quorum, es por lo tanto esencial e imperativo, que los miembros del quorum lleven consigo a las reuniones los libros de escrituras. Así lo desea y lo ha pedido expresamente el presidente Spencer W. Kimball. Un representante regional, el hermano Dean Larsen, nos contó que el instructor de su grupo de sumos sacerdotes preguntó en cierta oportunidad antes de comenzar con la lección: "¿Cuántos habéis preparado la lección y trajisteis los libros canónicos para utilizar en la clase?" Viendo que ninguno de los presentes lo había hecho, dijo: "Bueno, en este caso, no puedo enseñaros la lección, por lo cual hoy no estudiaremos la que nos corresponde." El informe concluye que desde ese día en adelante, todos los miembros de la clase comenzaron a llevar los libros de escrituras. Una breve lección que se enseña una vez por semana, no es más que una gota de agua en un océano de estudio. Nuestra nueva guía de estudio está especialmente diseñada para abrir las puertas del estudio individual de las escrituras, del mismo modo que para ayudarnos a llevar a cabo un estudio mejor y más efectivo en el seno familiar.



Una de las clases de la Escuela Dominical ha sido específicamente diseñada para servir de asistencia al proceso de conversión o reactivación. Se trata de la clase Principios Fundamentales del Evangelio (Gospel Essentials). En esta clase se presentan doce lecciones sobre temas básicos, llevadas a cabo en un ciclo periódico.



Después de estudiarlas, los alumnos adultos pasan a la clase de Doctrina del Evangelio. Los maestros orientadores mantienen contacto con sus familias, y se informan de la importancia que para ellas tienen las lecciones, considerando los mismos temas en sus visitas de orientación familiar. Entre las personas que deberían asistir a un período de la clase de Principios Fundamentales del Evangelio, están: investigadores, nuevos conversos, futuros élderes y élderes inactivos.



Existe también otro asunto—muy a menudo ignorado—que deseamos recomendar y alentar: se trata de la norma practicada por la Iglesia, de que cada barrio tenga su propio coro. Sería,muy apropiado que todos los élderes y futuros élderes que tengan talento o inclinación musical, cantaran en esos coros. Hay ocasiones especiales en las que los coros de élderes pueden intervenir en reuniones de barrio o estaca. El presidente de estaca podría requerir su participación durante las conferencias de estaca, por lo menos una vez al año. Claro que es importante mantener a los coros de barrio como la parte principal de la música de una conferencia de estaca, o de las reuniones generales de la Iglesia. Los Himnos de Sión tienen un gran poder de conversión, y el Señor ha dicho que le place escuchar el canto del corazón. "Porque mi alma se deleita en el canto del corazón; sí, la canción de los justos es una oración para mí, y será contestada con una bendición sobre sus cabezas." (Doc. y Con. 25:12.)



La conversión es siempre resultado del buen trabajo misional. Los hermanos que son ordenados élderes a los dieciocho años de edad y que tienen por delante toda la obra misional, necesitan que se les brinde una atención especial. Han estado recibiendo ayuda y aliento de su obispo por años, y es entonces que el presidente del quorum debe asegurarse de que se tomen las medidas necesarias para mantenerlos dignos y preparados, hasta que reciban el llamamiento misional. Para predicar el evangelio se necesitan élderes. El Señor desea más misioneros. Todo joven de la Iglesia debe cumplir una misión. El servicio misional bendice la vida de un joven, más que ninguna otra cosa o acontecimiento que pudiera ocurrir en esa época de su existencia. Los quórumes de élderes deberían convertirse en la agencia de la Iglesia que coronara los esfuerzos de involucrar a todos los jóvenes en la obra del Señor, predicando el evangelio y declarando su mensaje a sus otros hijos.



¿Cuáles son las obligaciones misionales del presidente del quorum de élderes? ¿Qué debe hacer el presidente del quorum de élderes para asegurarse de que cada joven se prepare para recibir su llamamiento misional? Los jóvenes pueden aprender el evangelio poniendo énfasis especial en la dignidad moral. Se les puede alentar a continuar acrecentando sus ahorros destinados a la misión, a leer el Libro de Mormón y a fortalecer su testimonio; pueden aprender las lecciones destinadas al proselitismo misional y tal vez hasta podrían tener la oportunidad de presentar algunas de ellas en la casa de algunos de sus hermanos inactivos; deberían tratar de encontrar investigadores, deberían respirar y sentir el espíritu de la obra misional; todo lo anterior, de acuerdo a la guía y el aliento del presidente del quorum de élderes.



Por primera vez se encuentra disponible en este seminario una nueva copia revisada de la edición del Manual del Sacerdocio de Melquisedec. Al estudiarla, veréis que se ha revisado y vuelto a escribir para poner más énfasis en los principios que en los aspectos de la técnica eclesiástica. Los líderes del sacerdocio tendrán más necesidad que antes de aprender correctamente los principios del evangelio. Ahora más que nunca, necesitamos la inspiración para dirigir correctamente los asuntos relacionados con los quórumes. ¡Pero todo esto encierra una recompensa!



"Alzad vuestros ojos, y mirad las regiones, porque ya están blancas para la siega. Y el que siega, recibe salario," (Juan 4:35-36.)



"He aquí, blanco está el campo, listo para la siega; por lo tanto, quien quisiere cosechar, meta su hoz con su fuerza y coseche mientras dure el día, a fin de atesorar para su alma la salvación sempiterna en el reino de Dios," (Doc. y Con. 6:3.) "Y ahora, he aquí, te digo que la cosa que te será de máximo valor será declarar el arrepentimiento a este pueblo, a fin de traer almas a mí, para que con ellas descanses en el reino de mi padre." (Doc. y Con. 15:6)



Regresemos ahora a la médula de nuestro tema: ¡Solamente un élder! Sólo el oficio que poseen los apóstoles y profetas en esta vida; sólo el que poseerán en el momento en que se levanten en gloria inmortal y eterna para entrar en su exaltación; sólo la puerta abierta para la paz en esta vida y para la corona de gloria en la vida venidera.



¡Solamente un élder! Sólo un élder por el transcurso de esta vida y por toda la eternidad. ¿Qué debemos entender por los "veinticuatro élderes", de los cuales habló Juan? La respuesta revelada: "Entendemos que estos élderes a quienes Juan vio eran aquellos que habían sido fieles en la obra del ministerio, y habían muerto" (Doc. y Con. 77:5).



Escuchemos ahora las palabras escritas por Juan, relacionadas con aquellos que fueron élderes (o ancianos) fieles mientras se encontraban en esta vida y que son exaltados en los reinos futuros: ". . . he aquí una puerta abierta en el cielo: ... Y luego yo fui en Espíritu: he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado. . . Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro" (Apocalipsis 4:1-2, 4).



¡Solamente un élder! "Tenían sobre sus cabezas coronas de oro." Así oró Moisés: ". . . ojalá que todo el pueblo de Jehová fuese profeta, que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos" (Números 11:29). Bien haríamos nosotros en orar: "Haga Dios que todos los élderes (o ancianos) del pueblo de Dios, sean fieles; que ellos apacienten las ovejas del Señor, que sean vigilantes sobre el rebaño, que sean buenos ejemplos para el rebaño: todo ello para la honra y gloria del Dios del cual son ministros."



En el nombre de Jesucristo. Amén.

lunes

CALENDARIO MORMON

10 de ENERO de 1986, SE DEDICA EL TEMPLO DE LIMA PERU.

El templo de Lima, Perú es uno de los templos construidos y operados por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el número 38 construido por la iglesia y el primero de Perú, ubicado en la ciudad de Lima.


La primera congregación fue organizada en el Perú en 1956 como parte de la misión con cede en Montevideo. Para 1979 la iglesia contaba con unos 30.500 miembros en Perú y unos 100.000 para la dedicación del templo en 1986. Para los miembros de la iglesia, los templos y en las ordenanzas y ceremonias allí realizadas, es uno de los momentos donde se manifiesta el poder de la divinidad.
En la conferencia general de la iglesia del 1ro de abril de 1981, el presidente de la iglesia ese entonces, Spencer W. Kimball anunció los planes de construir un templo en Perú y el templo de la Ciudad de Guatemala. La ceremonia de la primera palada fue el 11 de septiembre de 1982, presidida por el apóstol Boyd K. Packer. El templo se construyó sobre 2 hectáreas de terreno, el exterior de granito peruano adatado de un diseño de seis pináculos, con cerca de 900 m2 de construcción. El interior del templo cuenta con cuatro salones para las ordenanzas y tres salones de sellamientos matrimoniales.
El templo de la ciudad de Lima fue dedicado para sus actividades eclesiásticas del 10 al 12 de enero de 1986, por Gordon B. Hinckley, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia de la iglesia. Anterior a ello, del 11-28 de diciembre de ese mismo año, la iglesia permitió un recorrido público de las instalaciones y del interior del templo al que asistieron unas 24.500 personas.