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UN ANÁLISIS CIENTÍFICO DEL LIBRO DE MORMÓN
Durante las últimas décadas, los estudios profesionales en el campo de la arqueología, geografía, cultura e idioma de los pueblos americanos han proporcionado una enorme cantidad de información que debe ser de gran interés para aquellos que leen y creen en el Libro de Mormón, información que los científicos que se dedicaron al estudio de este libro quizás nunca se hubieran imaginado que existiera. En la actualidad, la calidad y cantidad de estudios especializados relacionados con el Libro de Mormón son tan amplios y profundos que es imposible que una sola persona esté al tanto de todos los aspectos de estos conocimientos.
De hecho, durante los últimos cincuenta años, ha quedado anticuada la mayor parte de lo que previas generaciones pensaban acerca de las civilizaciones americanas precolombinas. Las ciencias que estudian las civilizaciones antiguas han sufrido grandes cambios. En las primeras décadas de este siglo aún se consideraba que la ciencia era la búsqueda y descubrimiento de verdades permanentes e infalibles. Sin embargo, en la actualidad tanto los científicos como los filósofos concuerdan en que la naturaleza misma de su tarea requiere que constantemente reinterpreten sus teorías y sus datos. El punto de vista de Karl Popper con respecto a la ciencia, de que es "eternamente tentativa", ha llegado a ser aceptado entre muchos científicos. De manera que aunque en la actualidad exista quizás mil veces más información acerca de las primeras culturas de América que la que estaba disponible hace medio siglo, ahora los mejores científicos son mucho menos insistentes en describir categóricamente lo que sucedió en el Nuevo Mundo preeuropeo.
También han ocurrido ciertos cambios en algunos conceptos que han tenido los Santos de los Últimos Días con respecto al Libro de Mormón. Nuestra fe en los principios salvadores que enseñaron los profetas desde Nefi hasta Moroni no ha cambiado, y si lo ha hecho de alguna forma, ha sido en aumento. Pero al considerar estas Escrituras como un documento antiguo, el estudiante minucioso ahora es consciente de que tenemos mucho más de lo que habíamos sospechado. Comenzando con M. Wells Jakeman, Hugh Nibley y Sidney B. Sperry, esta creciente comunidad de investigadores Santos de los Últimos Días comenzaron afines de la década de 1940 a descubrir algunos de estos detalles. Un ejemplo de este cambio de perspectiva, de contemplar nuevas posibilidades, lo representa el descubrimiento que hizo John W. Welch hace apenas quince años de una forma literaria del Cercano Oriente, llamada quiasmo, en el Libro de Mormón, la cual pasó inadvertida para sus lectores durante casi 140 años, desde su publicación en 1830. En años recientes, otros investigadores han encontrado en el Libro de Mormón ciertas tendencias e implicaciones insospechadas que en tiempos pasados no se habían detectado.
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SI HOY ESTAS MAS ALEJADO DE DIOS QUE AYER...
¿ESTAS PERMITIENDO QUE ALGO TE TIENTE A ALEJARTE DE DIOS?
(Exoso 20:3; Mateo 6:21,24)
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UNA VISIÓN DEL PROGRAMA DE LAS MAESTRAS VISITANTES por el presidente Spencer W. Kimball
Mis queridas hermanas, creo que mi primer descubrimiento de la existencia e importancia de la Sociedad de Socorro tuvo lugar a muy temprana edad en mi vida.
MÍ familia se mudó de Salt Lake City a Atizona cuando yo tenía tres años. En aquel entonces mi madre tenía seis hijos y durante el tiempo en que pasó por cinco embarazos y sus respectivos alumbramientos, era presidenta de la Sociedad de Socorro del barrio.
Nos mudamos a una región nueva, donde el agua se extraía de pozos, donde había tantas moscas que por la noche era casi imposible ver a través de las telas metálicas de una puerta; donde también prevalecían la fiebre tifoidea y muchas otras enfermedades; donde la ayuda médica era sumamente limitada ya que no había hospitales, enfermeras o personas entrenadas, excepto el doctor del distrito, quien ya tenía más trabajo del que podía atender.
— No hace mucho leí en el diario de mi madre expresiones como la siguiente:
"Dejé a los niños con ... y fui a casa de la hermana Smith, donde una de las mellizas acababa de morir y había otros niños gravemente enfermos de fiebre tifoidea." "Hoy pasé el día con otras hermanas confeccionando mortajas para los niños fallecidos de la hermana Jones", y así continuaba.
Así conocí la Sociedad de Socorro, y estoy seguro de que hasta cierto grado continúa llevándose a cabo esa clase de trabajo, porque según lo interpreto, éste incluye no solamente el bienestar espiritual y moral de la gente del barrio, sino también el físico.
Cada vez que pienso en las maestras visitantes, considero que en muchas maneras vuestros deberes son semejantes a los maestros orientadores, quienes deben "velar siempre por los de la Iglesia" - no solamente veinte minutos al mes, sino siempre -"y fortalecerlos"- no sólo tocar la puerta, sino estar con ellos, alentarlos y fortificarlos, habilitarlos y fortalecerlos - "ver que no haya iniquidad ... ni dureza ... ni calumnias, ni mal decir" (D. y C. 20:53-54).
¡Qué gran oportunidad! Pero lamentable¬mente muchos prefieren hablar acerca de otras cosas como el tiempo, la política, de algo que acaba de tener lugar en el barrio, la división del mismo, la reorganización de un obispado, la reorganización de la presidencia de la Sociedad de Socorro, o cualquiera de las muchas cosas que pueden suceder en el barrio, dando lugar a la gente para dudar o criticar. Cuan privilegiadas son dos hermanas que van a un hogar, mantienen a un mínimo lo que podría ser perjudicial y además, edifican y apoyan a todas las autoridades de la Iglesia, a la Iglesia misma, sus doctrinas, sus programas y prácticas. Tal como yo lo entiendo en este programa no se puede utilizar la fuerza; es una obra de amor y aliento. Es sorprendente ver a cuántas personas podemos convertir e inspirar con amor. Debemos "amonestar, exponer, ex¬hortar y enseñar, e invitar...a venir a Cristo" (D. y C. 20:59). Esto puede ser tanto para los que no son miembros así como para aquellos que lo son.
A fin de lograr el éxito, una maestra visitante debe tener un elevado propósito y recordado en todo momento, debe poseer un gran discernimiento, un entusiasmo invencible, una actitud positiva y un gran amor. En Doctrinas y Convenios el Señor dijo;
"Y se os dará el Espíritu por la Oración de fe; y si no recibís el espíritu, no enseñaréis. (D. y C. 42:14.)
Considerando que vuestra obra está íntimamente unida a la del Sacerdocio, enseñaréis, como dice el Señor, "los principios de mi evangelio que se encuentran en la Biblia y en el Libro de Mormón, que contiene la plenitud de mi evangelio" (D. y C. 42:12), no sólo reglas de ética -, y tenéis siempre la libertad de acudir a ellos, interpretarlos, y mediante vuestra inspiración, brindarlos a esa hermana en particular. Debe haber para cada persona un mensaje diferente, un método diferente, una conclusión diferente, una manera diferente de obtener un testimonio.
La maestra, naturalmente, debe vivir de acuerdo con todo lo que enseña; es obvio, pese a que a veces lo olvidamos: que de todo lo que ella enseña da testimonio mediante su propia obediencia. El Señor dijo:
"Y os mando que os enseñéis el uno al otro la doctrina del reino." (D. y C. 88:77.)
No quedamos satisfechos simplemente con visitas, con la renovación de amistades. Na¬turalmente la amistad es importante, pero ¿cuánto más se podría afirmar una amistad si se le enseñara a alguien los principios eternos de vida y salvación?
Vuestro testimonio es un medio sumamente eficaz; nadie puede refutarlo ni destruirlo. Muchos expertos en las Escrituras dedican toda su vida al estudio de las mismas, y las pueden conocer, debatir y acudir a ellas mejor que muchos de nosotros; pero ninguno de ellos puede jamás refutar vuestro testimonio. No siempre tenéis que expresarlo en la manera formal; existen muchas otras formas.
Las maestras visitantes deben superarse y brindar dirección a las mujeres de los hogares que visitan. Deben superarse en energía, en discernimiento y perfección, y en testimonio, porque, por sobre todas las cosas, su testimonio es irrefutable.
La sección 38 de Doctrinas y Convenios, empezando con el versículo 23, atrae mi atención:
Pero, de cierto os digo, enseñaos los unos a los otros, de acuerdo con el oficio al cual yo os he llamado;
Y estime cada hombre", creo que también podemos decir cada mujer, "a su hermano", o hermana, "como a sí mismo, practicándola virtud y la santidad delante de mí.
¿Qué hombre de entre vosotros, si teniendo doce hijos que le sirven obedientemente, y no hace acepción de ellos, dijere a uno: Vístete de lujo y siéntate aquí; y al otro: Vístete de harapos y siéntate allí, podrá luego mirarlos y decir soy justo?
He aquí, esto os lo he dado por parábola, y es aun como yo soy. Yo os digo: Sed uno; y si no sois uno, no sois míos. (D. y C.38:23-24, 26-27.)
Hay muchas hermanas que están viviendo en harapos; harapos espirituales. Tienen derecho a túnicas maravillosas, túnicas espirituales, como dice en la parábola. Mucho es lo que hablamos del deber, pero vuestro es el privilegio de ir a esos hogares y cambiar esos harapos por túnicas.
Hablamos acerca del deber, pero hemos perdido el entusiasmo, el discernimiento y el objetivo cuando decimos: "Esta mañana tengo que hacer mis visitas". En vez de ello deberíamos decir: "Hoy es el día que he estado esperando. Me siento feliz al ir a los hogares de mis hermanas y ayudarlas a elevarse a nuevas alturas".
Vosotras tenéis una sagrada responsabilidad; habéis sido llamadas por Dios mediante las autoridades debidamente constituidas. En la sección 88 dice:
"Purificad vuestros corazones, y limpiad vuestras manos y vuestros pies delante de mí, para que yo os haga limpios;
Para que yo testifique... que sois limpios de la sangre", y los pecados, "de esta perversa generación." (D. y C. 88:74-75.)
No podéis dejar de visitar un hogar sin sentiros culpables; no debéis dejar de visitar a una hermana, aunque os dé la impresión de que no sois bien recibidas o que ella no se siente muy feliz con vuestra visita.
Es inexcusable que un maestro orientador o una maestra visitante acepten la responsabilidad de visitar unos cuantos hogares, y los dejes luego en sus harapos espirituales; cuando vayáis a las hermanas no deberá haber habladurías vanas o palabras ostentosas. Vais a salvar almas, y quién podría decir cuántas de las buenas personas que actualmente son activas en la Iglesia lo son a causa de que estuvisteis en sus hogares y les brindasteis una nueva perspectiva, una nueva comprensión; extendisteis sus horizontes, les disteis algo nuevo. Quizás nunca os lo hagan saber, pero de todos modos llevasteis a cabo la tarea.
Como sabéis, no estáis salvando única¬mente a estas hermanas, sino quizás también a su esposo y su hogar. Si una hermana es algo inactiva o un poco despreocupada, es muy factible que tenga un marido que lo sea un poco más, y quizás tenga hijos que únicamente hayan oído acerca del programa. Na¬turalmente que hay excepciones, pero muchas familias están recibiendo un poco de acá y de allá, sin tomarse el trabajo de integrarse al reino; de modo que tenéis una gran tarea que efectuar.
"El que siembra escasamente", dijo Pablo,' 'también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará." (2 Cor. 9:6.)
No llegamos a ningún lado con sólo hablar, tenemos que poner nuestro corazón en las palabras, debemos planear y preparar nuestra mente. Me pregunto si hay hermanas que ayunan la mañana en que salen a hacer sus visitas; quizás esto no sea un requisito, pero en la iglesia hay muchas cosas que no son requisitos, y sin embargo nos gustaría hacerlas. Aquel que sale a visitar los hogares, a tocar las puertas, a pasar el tiempo, y luego vuelve para hacer el informe, se asemeja un poco a aquel a quien se refiere Pablo, que se encuentra "como quien golpea el aire" (1Cor. 9:26), sin lograr nada. Debemos salir y cumplir con nuestra tarea de la manera adecuada. Me imagino que en casi cada distrito hay mujeres que no os permiten entrar a su hogar. Habrá otras que no desean que entréis, pero os lo permiten; hay otras que de¬searían que os fuerais lo más pronto posible.
Cuando tengáis una hermana que no os abra la puerta y sabéis que se encuentra en casa; otra que abre su puerta, pero no desea hacerlo; otra que os hace pasar pero desea que no hubierais ido; sería conveniente seguir el consejo del Señor, 'Pero este género no sale sino con oración y ayuno". (Mateo 17:21.)
Vosotras sabéis que el Señor tiene métodos, maneras y fuerzas intangibles que pueden afectar a la gente. ¿Recordáis a Alma, persiguiendo un día a la Iglesia y al día siguiente defendiéndola con todas sus fuerzas? (Mosíah 27.) ¿Recordáis a Pablo, un día persiguiendo a los santos, y unos días después predicando el evangelio con gran poder en la sinagoga? (Hechos 9.) ¿Qué provocó tan drástico cambio? ¿Fue cierta fuerza intangible que el Señor había manifestado en su sabiduría y que conmovió su corazón? También hizo algo más que naturalmente sabemos lo que fue.
Ahora decís, "Pero nunca podremos influir sobre esa mujer". Naturalmente que podéis, claro que se la puede convertir. El presidente Jotm Taylor dijo que no había nadie que no pudiese ser convertido, si la persona adecuada hacia el intento apropiado en el momento preciso, en la manera adecuada, con el Espíritu necesario" El rio Tñtércalolodas esas palabras, sino que yo las he añadido; pero no penséis que se trata de algo imposible.
Acudid al primer libro del Libro de Mormon y leedlo de nuevo. Recordáis cuando Nefí dijo:
"Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que El nunca da ningún mandamiento a los hijos de los hombres sin prepárales la vía para que puedan cumplir lo que les ha mandado." (1 Nefi 3:7.)
¡Claro que puede lograrse.! Pebemos eliminar completamente de nuestro vocabulario. las palabras: "no puedo".
Si el llamamiento ha sido del Señor, ¿lo aceptáis, o pensáis que es vuestra presidenta de la Sociedad de Socorro del barrio quien os hizo el llamamiento? Ahora, si únicamente ella os hubiese llamado, quizás no se podría lograr el propósito, pero si Dios os llamó mediante la autoridad adecuada, que es la forma en que debéis ser llamadas, es obvio que no podéis fracasar si hacéis todo lo que esté de vuestra parte. Es fácil desalentarse; es fácil ceder, pero no debéis fracasar. Recordad a Nefi, quien se topó con una situación impracticable y no podía obtener las planchas. Sus hermanos tampoco las podían obtener; no podían comprarlas, no podían sacarlas de las manos de Labán. No les era posible entrar por ellas y su vida estaba en peligro. A pesar de todo, he aquí, aparece un joven desarmado, quien entra a una ciudad a través de un muro infranqueable, atravesando puertas que no podían abrirse, un jardín impenetrable, una bóveda que estaba cerrada, entre soldados que no podían ser burlados; y sale con sus brazos Henos de registros para evitar que su posteridad y la de otros perecieran en la incredulidad. (1 Nefi 3-4.)
Hizo lo imposible pero nada es imposible para el Señor. En cualquier tiempo lo tenemos de nuestro lado, cuando nos llama, cuando nos da un mandamiento. Entonces, si nuestra energía, esfuerzos, planes y oraciones son lo suficientemente grandes como para llevar a cabo el trabajo, naturalmente logramos nues¬tra meta.
Siempre debemos tener una profunda sinceridad, una gran humildad y una confianza absoluta en el Señor.
Recordad que el amor es la mayor de las leyes. Cuando se le preguntó al Señor cuáles eran las dos leyes mayores, El contestó:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón , y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.'(Mat. 22:37-39.)
Nos dijo quién era nuestro prójimo: eran aquellos que estaban lejos, los que andaban por los caminos, los heridos, los endeudados. Todos son nuestro prójimo, y las hermanas a las que visitáis en sus hogares también son vuestro prójimo. Si hacéis vuestras visitas para cumplir con vuestras asignaciones, es una cosa; pero si lo hacéis para llevar a vues¬tro prójimo a un pleno conocimiento del evangelio, entonces es otra cosa y, como dije antes, todo se puede lograr.
El autor Lloyd C. Douglas (1877-1951), escribió:
'La naturaleza siempre se rebela contra lo que impide su obra, ciega pero ordenada. Por muchos años, un árbol podrá sostener una lenta y silenciosa guerra contra una pared que lo estorba, sin lograr ningún progreso visible.
Un día, la pared se derrumbará; no porque el árbol haya obtenido repentinamente alguna energía sobrenatural, sino porque el paciente trabajo de autodefensa y autoliberación ha logrado su cometido. El árbol cautivo por mucho tiempo se ha liberado, la naturaleza ha logrado su propósito." (The Robe, Boston,1947.)
Vosotras también podéis hacer esoSal igual que la pequeña enredadera, la pequeña raíz que puede derrumbar una pared o partir una roca, podéis ser '..una importante influencia sobre la gente, a fin de librarla de su cautiverio, llevándola a una actividad total. ¡Claro que se puede lograr!
Dios os bendiga, hermanas, en vuestra gloriosa tarea, en vuestras dulces personalidades, en la influencia que podéis transmitir a los demás.
No quisiera encontrarme entre las numerosas personas que han oído el mensaje de Cristo y lo han ignorado, que han estado absolutamente expuestos a la verdad y la han dejado pasar.
Presidente Spencer W. Kimball
...Vuestros deberes son semejantes a los de los maestros orientadores, quienes deben ''velar siempre por los de la Iglesia", no solamente veinte minutos al mes, sino siempre...
martes
CALENDARIO MORMON
David Oman McKay nació el 8 de septiembre de 1873 en una granja en Huntsville, territorio de Utah. Fue el tercer hijo de David MacKay y Jennette Evans Eveline MacKay. Su madre Jennette, era una inmigrante galésa de Merthyr Tydfil en el sur de Gales. Su padre era un inmigrante escocés y que sirvió dos años en una misión de la iglesia en Escocia en 1880.
En 1950 se convirtió en Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia, y en 1951 fue sostenido como Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los santos del último día, donde él sirvió hasta su muerte. 18 de Enero de 1970 fallece en la ciudad de Lago Salado, Utah.Aunque el Presidente McKay enseñó poderosamente sobre muchas cosas, no hubo enseñanza más importante que ésta: “El hogar es el primer y más eficaz lugar para que los niños aprendan las lecciones de la vida: la verdad, el honor, la virtud, el autocontrol, el valor de la educación, el trabajo honesto, y el propósito y el privilegio de la vida. Nada puede ocupar el lugar del hogar en la crianza y la educación de los niños, y ningún otro éxito puede compensar el fracaso en el hogar. Presidente McKay dedicó el templo de Los Ángeles, California.
CELENDARIO MORMON
En 1825 José Smith fue a Harmony, Pensilvania, con el fin de trabajar para Josiah Stowell; se alojaba en casa de la familia de Isaac y Elizabeth Hale, donde conoció a la hija de éstos, Emma, una joven alta, de cabello oscuro, que era maestra de escuela. José y Emma se casaron el 18 de enero de 1827, en South Bainbridge, Nueva York. Aun cuando su matrimonio soportó pruebas Emma Smith como la muerte de algunos hijos, las dificultades económicas y las frecuentes ausencias del hogar por motivo del cumplimiento de sus deberes, José y Emma siempre se amaron profundamente
lunes
CALENDARIO MORMON
El templo de Buenos Aires, Argentina es el templo número 39 de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Los misioneros, Melvin J. Ballard, Rey L. Pratt y Rulon S. Wells, llegaron a Buenos Aires, Argentina en 1925 después de haber viajado por 34 días por tierra y mar. Cuando llegaron, solo había cuatro miembros de la Iglesia presentes. El día de la navidad, el Élder Ballard dedicó Sudamérica para la obra misional.
Cada día, los misioneros preparaban entre doscientos y quinientos folletos para repartir en la calle. Por ocho meses los misioneros caminaron las calles de Buenos Aires repartiendo folletos, esperando ansiosamente enseñar a las personas acerca de la fe. Desde ese tiempo la membrecía de la Iglesia en Argentina ha crecido rápidamente, y prueba de eso fue la construcción del templo de Buenos Aires.
El Presidente Thomas S. Monson, en ese entonces un apóstol, presidió la dedicación del templo el 17 de enero de 1986. En la oración dedicatoria pidió: “Que todos los que entren a esta, tu casa, tengan el privilegio de decir, como el salmista en la antigüedad: ‘tomamos buen consejo juntos, y caminamos a la casa de Dios en compañía’…oramos para que recibas nuestra ofrenda y santifiques esta casa que hemos construido.”
domingo
SOLAMENTE UN ÉLDER por Bruce R. McConkie
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CALENDARIO MORMON
El templo de Lima, Perú es uno de los templos construidos y operados por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el número 38 construido por la iglesia y el primero de Perú, ubicado en la ciudad de Lima.
La primera congregación fue organizada en el Perú en 1956 como parte de la misión con cede en Montevideo. Para 1979 la iglesia contaba con unos 30.500 miembros en Perú y unos 100.000 para la dedicación del templo en 1986. Para los miembros de la iglesia, los templos y en las ordenanzas y ceremonias allí realizadas, es uno de los momentos donde se manifiesta el poder de la divinidad.
En la conferencia general de la iglesia del 1ro de abril de 1981, el presidente de la iglesia ese entonces, Spencer W. Kimball anunció los planes de construir un templo en Perú y el templo de la Ciudad de Guatemala. La ceremonia de la primera palada fue el 11 de septiembre de 1982, presidida por el apóstol Boyd K. Packer. El templo se construyó sobre 2 hectáreas de terreno, el exterior de granito peruano adatado de un diseño de seis pináculos, con cerca de 900 m2 de construcción. El interior del templo cuenta con cuatro salones para las ordenanzas y tres salones de sellamientos matrimoniales.
El templo de la ciudad de Lima fue dedicado para sus actividades eclesiásticas del 10 al 12 de enero de 1986, por Gordon B. Hinckley, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia de la iglesia. Anterior a ello, del 11-28 de diciembre de ese mismo año, la iglesia permitió un recorrido público de las instalaciones y del interior del templo al que asistieron unas 24.500 personas.