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DIOS Y EL HOMBRE

OSCAR W. McCONKIE, HIJO
MANUAL DE ESTUDIO DEL SACERDOCIO 1965

El evangelio de Jesucristo ofrece una fuente inagotable de información e inspiración. Es un concepto ilimitado; un concepto de progreso eterno. Donde uno descubra la verdad, allí encontrará uno de los atributos de Dios.
El presidente Brigham Young lo expresó en esta forma: "Os diré en pocas palabras lo que en mi concepto es el 'mormonismo': Abarca todo hecho que existe en los cielos y en el cielo de los cielos; todo hecho que existe sobre la superficie y en las entrañas de la tierra, y en la bóveda estrellada; en una palabra, comprende cuanta verdad existe en las eternidades de los Dioses. . . . El 'mormonismo' encierra toda verdad que se ha revelado y está por revelarse, sea religiosa, política, científica o filosófica."
Toda alma justa busca la verdad. A la pregunta de Pilato, "¿Qué es la verdad?", no se dio una respuesta inmediata. Las Escrituras nos dan la contestación en otra parte. La ley del Señor es "la verdad". "Todas sus obras son verdaderas". Todo sus "mandamientos son verdad" ; su "palabra es verdad". Vemos pues que la verdad mora en Dios.
De manera que uno de los propósitos del presente texto será enfocar el pensamiento y discernimiento espiritual del alumno sobre el centro de toda verdad, es decir, Dios. Llamaremos la atención del lector a: La persona de Dios; sus atributos; sus características; sus perfecciones; sus propósitos.
En nuestra búsqueda de la verdad hallamos otra orientación en las Escrituras: "La verdad es el conocimiento de las cosas como son, como eran y como han de ser."
Este pasaje nos da a entender que la verdad concuerda con la realidad. Es, y existe. También se nos enseña en las Santas Escrituras que los hombres se salvan si creen la verdad, pero son condenados si no la creen.
Así que, otro de los propósitos de esta obra será dirigir la atención del lector a un examen de la verdad real acerca del hombre. Nos ocuparemos en estudiar quién es y de dónde vino. Dedicaremos nuestra atención a indagar cómo vino a la tierra, y por qué. También hablaremos de su destino final. Por último, nuestra búsqueda de la verdad contenida en las Escrituras nos hace esta estimulante proposición: Para lograr la salvación debemos adorar "en espíritu y en verdad al verdadero Dios viviente".