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UN ANÁLISIS CIENTÍFICO DEL LIBRO DE MORMÓN

por John L. SorensonLos Cambios en nuestra comprensión de la América antigua y de sus Escrituras.
Durante las últimas décadas, los estudios profesionales en el campo de la arqueología, geografía, cultura e idioma de los pueblos americanos han proporcionado una enorme cantidad de información que debe ser de gran interés para aquellos que leen y creen en el Libro de Mormón, información que los científicos que se dedicaron al estudio de este libro quizás nunca se hubieran imaginado que existiera. En la actualidad, la calidad y cantidad de estudios especializados relacionados con el Libro de Mormón son tan amplios y profundos que es imposible que una sola persona esté al tanto de todos los aspectos de estos conocimientos.
De hecho, durante los últimos cincuenta años, ha quedado anticuada la mayor parte de lo que previas generaciones pensaban acerca de las civilizaciones americanas precolombinas. Las ciencias que estudian las civilizaciones antiguas han sufrido grandes cambios. En las primeras décadas de este siglo aún se consideraba que la ciencia era la búsqueda y descubrimiento de verdades permanentes e infalibles. Sin embargo, en la actualidad tanto los científicos como los filósofos concuerdan en que la naturaleza misma de su tarea requiere que constantemente reinterpreten sus teorías y sus datos. El punto de vista de Karl Popper con respecto a la ciencia, de que es "eternamente tentativa", ha llegado a ser aceptado entre muchos científicos. De manera que aunque en la actualidad exista quizás mil veces más información acerca de las primeras culturas de América que la que estaba disponible hace medio siglo, ahora los mejores científicos son mucho menos insistentes en describir categóricamente lo que sucedió en el Nuevo Mundo preeuropeo.
También han ocurrido ciertos cambios en algunos conceptos que han tenido los Santos de los Últimos Días con respecto al Libro de Mormón. Nuestra fe en los principios salvadores que enseñaron los profetas desde Nefi hasta Moroni no ha cambiado, y si lo ha hecho de alguna forma, ha sido en aumento. Pero al considerar estas Escrituras como un documento antiguo, el estudiante minucioso ahora es consciente de que tenemos mucho más de lo que habíamos sospechado. Comenzando con M. Wells Jakeman, Hugh Nibley y Sidney B. Sperry, esta creciente comunidad de investigadores Santos de los Últimos Días comenzaron afines de la década de 1940 a descubrir algunos de estos detalles. Un ejemplo de este cambio de perspectiva, de contemplar nuevas posibilidades, lo representa el descubrimiento que hizo John W. Welch hace apenas quince años de una forma literaria del Cercano Oriente, llamada quiasmo, en el Libro de Mormón, la cual pasó inadvertida para sus lectores durante casi 140 años, desde su publicación en 1830. En años recientes, otros investigadores han encontrado en el Libro de Mormón ciertas tendencias e implicaciones insospechadas que en tiempos pasados no se habían detectado.