GORDON B. HINCKLEY
La fe, que es la esencia misma de la convicción personal, siempre ha sido y debe seguir siendo la raiz del cumplimiento y del esfuerzo religiosos.
Con penetrante visión y conmovedora convicción. Gordon B. Hinckley explica la manera en que podemos enriquecer nuestra vida gracias a una fe inalterable en Dios y en su Evangelio.
La fe puede convertirse en el manantial mismo de una vida con proposito determinado. No existe una motivación más imperiosa para el esfuerso meritorio que el conocimiento de que somos hijos de Dios. Esta fuerza latente y vital es un don maravilloso al alcance de toda persona.
El presidente Hincley infunde su análisis con la confianza de que el Señor bendecira cabalmente a quienes procuren obtener un testimonio de las cuatro piedras angulares del Evangelio.
La fe, que es la esencia misma de la convicción personal, siempre ha sido y debe seguir siendo la raiz del cumplimiento y del esfuerzo religiosos.
Con penetrante visión y conmovedora convicción. Gordon B. Hinckley explica la manera en que podemos enriquecer nuestra vida gracias a una fe inalterable en Dios y en su Evangelio.
La fe puede convertirse en el manantial mismo de una vida con proposito determinado. No existe una motivación más imperiosa para el esfuerso meritorio que el conocimiento de que somos hijos de Dios. Esta fuerza latente y vital es un don maravilloso al alcance de toda persona.
El presidente Hincley infunde su análisis con la confianza de que el Señor bendecira cabalmente a quienes procuren obtener un testimonio de las cuatro piedras angulares del Evangelio.