
El Señor le envió un ángel a Adán para revelarle el plan de redención mediante el cual podría regresar de nuevo a la presencia del Padre, y de esta manera se le reveló la misión de Jesucristo como nuestro Redentor. De este modo, el Señor ha provisto para todos los hombres.— mediante la fe, el arrepentimiento, las aguas del bautismo y el don del Espíritu Santo—una regeneración espiritual, mediante la cual pueden regresar de nuevo a su presencia. Todos los hijos de Adán heredaron todos estos estados de muerte, y todos aquellos que llegan a la edad de responsabilidad son alejados de la presencia de Dios, o participan de la muerte espiritual, a menos que sean redimidos de ella mediante la obediencia a los principios del evangelio.